Amando sin Cariño

Amando sin Cariño

Pase lo que suceda
y escuches lo que oigas,
no pongas nuestro lazo
sobre tela de juicio alguna:
mi amor ya lo tienes;
te lo afirmo así,
como hecho firme,
permanente,
vehemente,
indubitable,
inquebrantable,
inexorable.

Mas algo nos falta,
alguna sazón
o algún color,
o en su defecto
algo le sobra,
algo nos pide
este fausto cariño
para verse elegante,
perfecto y envidiable.

Me encanta tu iniciativa
de verme alegre de repente,
que me mimes y me recuerdes
que me quieres sobre todo,
mas de pronto eres sumisa
y se me cae el apetito
de mi entraña pasional;
quiero verte alcanzable
mas con el precio de un esfuerzo,
motivado en breve angustia
de saber que bien pudiera
yo perderte en un instante,
pero encontrando luego así
que fuera idiota por dudarlo
y besarte entonces las sonrisas
y hacerlas luz con sólo risas,
las más sinceras,
las más profusas,
esas que regeneran corazones,
esas que retocan nuestras almas.

Tal vez suene caprichoso,
egoísta, insatisfecho,
mas quiero que me ames
de repente, por sorpresa,
a veces más y en otras poco,
como un amor elástico,
como cariño tentativo...

Seamos una relación sin nombre,
bastardos de adjetivos,
mutantes de apodos,
un traslúcido querer,
un viaje inesperado,
emoción de incertidumbre,
pues no basta inyectar amor
sin su dosis diminuta
de constante adrenalina.

Déjame perseguirte,
rastrearte,
arrastrarme
y que luego me levantes
para besarme con caricias;
permíteme reconquistarte
con cada sol,
con cada estrella.

Ámame...
ámame mucho, mujer,
pero tampoco me quieras,
o quiéreme también
con la duda del 'hubiera',
y es que más perdura
un querer con una duda
que el amor en sí,
pues uno es bella locura
y aquél sólo seca cordura.

Ámame...
ámame hoy, cariño mío,
pero poco quiéreme mañana,
pues parece que es más fuerte
un amor con cariño moderado
que un querer satisfecho
por entrega obsesionada...

No hay comentarios:

Publicar un comentario