Clamor de Libertad

Clamor de Libertad

Vete...
Vete ahora y para siempre,
vuélvete una espora
y piérdete en el aire...

Calla...
Calla justo y al momento
troca tu voz en afonía,
ríndete al silencio,
séllate los labios...

Vuela...
salte pronto de mi mente,
no te aferres a mis sesos,
atavíate de olvidos
eternos e invencibles,
¡oh!, cruel recuerdo mío...

Vuélvete fino polvo
y vuélate en el viento,
deaparece, destrùyete,
desintegra cada miembro
que se acopla a tu belleza,
transmútate en un átomo
y congélate en tu núcleo,
sábete en prisiones
de esos corazones
que va quebrando
tu verdugo juego
en cada paso,
en cada aliento.

Te quiero más como afluente
de una catarata peligrosa
que se pierde en la corriente,
se transforma en una brisa
y se esfuma entre los cielos
de la atmósfera terrestre.

Muérete en mi tiempo,
tú, contemporánea cosa,
y viájate a otro mundo,
encarna en otra dimensión,
en otra vida imperceptible,
en las materias invisibles,
en el ensueño de otra raza,
en la nada de la nada,
en negruras más oscuras...

Vete,
lárgate sin voz,
sin decirlo,
sin un sonido,
sin despido,
sin que cambie la mañana
con sus aves y sus trinos...

Ándate y corre,
vuélvete lejana nube
y olvídate de todo
de todo, todo, todo
menos de hacerte ya un olvido;
recuérdame por siempre jamás
pero hazme recordar
que aún así sin ti,
aunque contigo haya sido,
todavía estoy yo vivo...

Quiero volverme un "yo"
sin un "contigo",
libre, esencial,
firme, especial,
grande sin ti,
para verte nuevamente
más feliz con alegrías
que con rencores y agonías,
siempre de lejos,
siempre innecesaria,
nunca conmigo...

Vete,
olvídate de mí,
esfuma lo de nos,
aligera mi recuerdo
cúrame el capricho
de tenerme junto a ti.

Si cierto es que toda ósmosis
proviene de un sucio parásito,
volvámonos lombrices de carroña
y hagamos de nuestro "uno"
un "uno y uno" separados,
navegantes por su lado,
perseguidos cada quien
por los brazos de su hado.

Tú más allá,
yo bien acá...
Para ya de ser un llanto
y empieza ahora ser sonrisa:
quiero ser plena alegría
por librarme de tu adicto
aroma perfecto y peculiar.

Déjame,
pero déjame bien,
solo en abandono,
pues prefiero ser de nadie
que depender de tus encantos;
libérame y así,
y justo entonces,
sabre que al menos,
me quieres sólo un poco,
y luego solamente así
te amaré como lo pides,
más de lejos que de cerca.

Luego, justo preciso y eficaz
nuestro amor ahí será,
que más se ama extrañando
que clamando libertad...

No hay comentarios:

Publicar un comentario